Tengo que admitirlo, bloguear se me está convirtiendo en una adicción. Llevar una bitácora no es una experiencia nueva para mí, sin embargo la forma en que asumiría De Chiripa era totalmente desconocida e inesperada. Por allá por el 2008 hice mi primera incursión en el mundo de la blogosfera con un espacio para postear mis trabajos creativos, caricaturas fundamentalmente. Después de abandonarlo varias veces, con los respectivos intentos de rescate, en marzo del 2013 moría definitivamente mi primer blog. Solo ahora, hace unos meses, es que he sentido con mucha fuerza la necesidad de tener un espacio propio donde depositar mis catarsis sobre los más variados temas. Así es que nace este espacio que ya se me va de las manos, tengo la certeza de esto último por dos cosas que me han comenzado a pasar:
Primero, este blog ha comenzado a comportarse como un hijo. Cuando se trae una criatura al mundo (al menos cuando es un hijo deseado) ya uno tiene un plan para ella, y aunque se sabe que los deseos de un padre no son infalibles, este nunca renuncia al placer de “tejer” el destino de su descendencia. Que sea esto o aquello, que tome tal o mascual decisión, sin embargo nadie nos puede asegurar que se cumpla lo que deseamos. Cuando nos damos cuenta que hemos perdido las riendas en la vida de nuestros hijos entonces solo podemos asumir la más sabia de las posturas, apoyarlos.
Este blog surgió como continente de las reflexiones que me arrancan los “hechos” a los que tengo acceso por pura casualidad. Cuba es un país surrealista, o real-maravilloso, según el referente que se tome, por lo que no es raro encontrar cosas que motiven la curiosidad, lo mismo en la calle que en los medios; sobre mi extrañamiento con esas cosas es que debía tratar esta bitácora, de ahí su nombre. La realidad es que se han comenzado a colar otros temas, menos “raros”, pero urgentes. Mi blog dejó de ser un simple instrumento y ha comenzado a dar sus propios pasos. Por mi parte solo puedo asumir la más sabia de las posturas…
Segundo, y en parte consecuencia de los primero, mi blog en la medida en que se desarrolla me transforma, condicionándome a pensar en forma de post. La mente opera con conceptos, construcciones o representaciones mentales, que siendo reflejos del mundo, nos ayudan a comprenderlo y transformarlo. La experiencia juega un papel importante en la conformación de estos núcleos cognitivos y de significados; funciona como termómetro de nuestra voluntad y expectativas, reafirmando, ajustando y veces refutando, nuestro sistema conceptual del mundo. Normalmente los psicólogos aceptan que el pensamiento, como actividad creadora de la mente, tiene su punto de partida y llegada en el concepto.
Este blog ha influido en mí, a pesar de su corto periodo de vida, de tal forma que he comenzado en mi pensamiento los conceptos han comenzado a ceder espacio a los post. Cada nueva experiencia, en lugar de ser simplemente conceptualizada, requiere ser posteada. Por supuesto, el post no funciona como sustituto total del concepto, sino que se sirve de este. Ante cada nuevo choque con la realidad, sea esta en forma de extrañamiento o no, no basta con el análisis mental que normalmente terminaría con la añadidura de alguna pieza a mi sistema conceptual, ahora necesito convertirlo todo en hipertexto. El blog, como actividad creadora de mi mente (y mis manos), tiene su punto de partida en el concepto, y crece con cada post experimentado.
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