lunes, 30 de junio de 2014

Cuba posible, nueva plataforma de Lenier Gonzalez y Roberto Veiga

Por:
Lenier Gonzalez y Roberto Veiga, ex-editores de la revista Espacio Laical, acaban de hacer público el siguiente comunicado que me complazco en compartir, pues Cuba necesita de las contribuciones de intelectuales como ellos, quienes han promovido y estimulado el debate con profundidad de temas cruciales para el destino de la nación.

COMUNICACIÓN PÚBLICA:
Por Roberto Veiga y Lenier González
A todos los interesados:
Durante los últimos días hemos sido contactados por un gran número de amigos de todas las latitudes. Como denominador común todos nos han enfatizado y reiterado su apoyo y cercanía, y nos han convocado, con insistencia, a que continuemos trabajando públicamente a favor del bienestar de Cuba. A este pedido de gran cantidad de personas, se une nuestra vocación personal de servicio público a la nación cubana, necesitada actualmente de metodologías que pongan énfasis en el acercamiento, el diálogo y el acuerdo entre cubanos, así como del mejoramiento de las relaciones de la Isla con el resto del mundo. Es por ello que hemos decidido enfrascarnos en la edificación de un nuevo proyecto encaminado a conseguir estos objetivos.

viernes, 27 de junio de 2014

Firmar o no firmar

Por: Lilibeth Alfonso Martínez
En realidad, yo no viví la encrucijada. Sencillamente, vi la petición de Internet a precios más módicos en Cuba y firmé, digitalmente, claro. No creo que deba excusarme o esconderme. Puedo haber pecado de inocente, pero si algo es justo es justo y ya, más allá de cualquier trasfondo. Algunos colegas me criticaron, otros dijeron que ni loco y siempre hubo alguien que me recordó, como en secreto, que yo escribía desde Guantánamo, Cuba, gracias a una conexión a Internet que le debo a mi profesión, y a mi trabajo.
En aquel momento, no miré el .org, ni pensé que aquello podría prestarse a las siempre madrugadoras “patrañas del imperialismo”. En algún momento, pensé que quizás no era el mundo virtual el más idóneo para echar esa batalla, en principio porque la población desconectada, que es la mayoría en Cuba, no podría firmarla, pero entonces recordé que muchos asuntos que atañen a los 11 millones se han debatido, tratado y retratado en la red de redes y en alguna ocasión hemos contribuido los escribientes on line a cambiar las cosas en el mundo físico de los cubanos, de modo que me pareció lo más natural.

jueves, 26 de junio de 2014

Yo sí firmé la petición, punto y seguido

La pasada semana firmé, junto a otros colegas blogueros, una petición al Ministerio de Comunicaciones de Cuba para facilitar el acceso a Internet en nuestro país. En este minuto la solitud realizada en la plataforma gratuita Change.org cuenta con 250 firmas, lo que seguramente se debe a que muchos de los firmantes compartimos el enlace a la petición en nuestros perfiles en las redes sociales. La petición llamó la atención de Fernando Ravsberg, quien también se hizo eco de la misma en Cartas desde Cuba.
Supongo que solo una parte de los que vieron la petición compartida en las redes sociales hayan accedido a la plataforma para firmarla. Me imagino que de todos los que leyeron la información en el blog de Ravsberg solo unos cuantos se hayan tomado el trabajo firmar la solicitud. Todos aquellos que no firmaron la petición deben tener sus motivos, como también los tenemos los que sí lo hicimos. De todos los que no firmaron solo el bloguero Luis Ernesto Ruiz Martínez ha escrito, hasta ahora, sobre las razones por las que no le gustó la petición. Para dialogar con el holguinero es que escribí este post.

martes, 24 de junio de 2014

Tras la huella… de los informáticos

El domingo 22 de junio, en el gustado espacio Tras la Huella, se transmitió un capítulo en el que un grupo de jóvenes informáticos era contratado para trabajar ilegalmente para un contratista extranjero. Este no era el único delito que cometían los personajes de la serie, también “ponían” llamadas al exterior a precios competitivos en relación a las tarifas de ETECSA. Al final del capítulo la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) lograba desmontar con éxito, como siempre ocurre en la Televisión Cubana, la ilegal empresa. Más que analizar qué nos cuenta el policiaco, me gustaría detenerme en las cosas que no cuenta, acompáñame.

lunes, 23 de junio de 2014

LOS PRECIOS: UNA ALERTA PARA MOVILIZARNOS CONTRA LA CORRUPCIÓN

Por: Esteban Morales
Cuando vemos la Mesa Redonda dedicada a este tema y el “Cuba Dice” de hoy, sobre las irregularidades en los precios, DE MODO ESPECIAL, en las tiendas recaudadoras de divisas, experimentarnos una sensación de desamparo, desconsuelo, impunidad, desorganización, tolerancia, burocratismo, demagogia y otras tanta sensaciones, imposibles de soportar.
No es difícil percatarse de que iguales productos tienen precios diferentes en distintos establecimientos. Ya se trate de alimentos, productos industriales y de todo tipo. En algunos lugares lo justifican con supuestas categoría diferentes de establecimientos, pero en otros descaradamente es posible observar, que sin dudas los administradores multan los precios o simplemente los hacen invisibles, para qué el ciudadano tenga que preguntar, para entonces timarlo. Es frecuente estar en un mismo establecimiento, en que al cliente de al lado le están diciendo un precio diferente del que le dicen a otro que esta mas allá en el mismo mostrador. Se trata de una cadena corrupta, en la que el administrador puso su multa y el dependiente agrega la suya, cada vez que le es posible.

lunes, 16 de junio de 2014

La Luz del bote

Por: Carla Gloria Colome 

Hace diez años Luz María vive a los pies del basurero más grande de La Habana, el llamado “Bote de Cien”. Es alta y delgada y hoy parece la estela de la bailarina de un sitio en decadencia. Hace diez años, cuando ya no bailó más en el cabaret Tropicana, Luz María levantó unas tablas, aseguró con unas vigas el techo de trozos de cartón y madera, hizo un colchón con ruedas de carro y ropa vieja, y se instaló en ese rancho de trastos y cosas viejas.
“Me dijeron que había un lugar donde botaban ropa y zapatos, lo que no me gustaba lo cambiaba por arroz y frijoles, y así fui sobreviviendo. Mi mamá vivía en La Habana pero yo no podía irme para su casa, y dije: me voy a hacer un ‘quimbito’ por un monte de estos. Lo hicimos mi marido y yo, pero a él lo cogieron en el bote y se lo llevaron preso”.

jueves, 12 de junio de 2014

Diseño en Cuba: análisis de un secuestro anunciado.

En noviembre del pasado año comenzó, para aquellas personas que se desempeñan como diseñadores, el proceso de inscripción en el Registro de Diseñadores de la Oficina Nacional de Diseño (ONDI). La importante medida persigue entre sus objetivos “crear un registro de diseñadores en el país a partir de la importancia creciente que esta actividad ha alcanzado, como instrumento de control de aquellas personas naturales que están autoriza¬das para realizar la misma”. La intención es buena, pero un análisis detallado de la RESOLUCIÓN No. 202/2013, Reglamento que norma el proceso, hace saltar algunas alarmas que me gustaría compartir con ustedes.

miércoles, 11 de junio de 2014

A PROPÓSITO DE LOS SILENCIOS Y LA CRÍTICA EN CUBA.

He leído el post que Enrique Ubieta acaba de publicar en su blog, y me ha dejado más inquietudes que respuestas. Otras veces he comentado que las lecturas que agradezco son aquellas que despiertan en mí el deseo de oponerles a los autores mis objeciones más intensas. Este texto acaso sea una de esas lecturas.
El post me motiva porque aboga por una de las prácticas que más me interesaría contribuir a naturalizar entre nosotros: el debate público. Dice Ubieta: “Necesitamos el debate permanente, no el que surge de coyunturas y se propaga como un incendio que todos desean sofocar con rapidez”. Y en otro momento de su texto retoma una de las ideas que acoté en entrada anterior publicada en este blog: “Todos sentimos añoranza por aquel “hervidero de polémicas” revolucionarias que fue Cuba en la década de los sesenta”.
Hasta allí no creo que tengamos grandes diferencias a la hora de describir el mundo al que aspiramos vivir. Solo que detrás de las palabras que ambos utilizamos existe un universo todo el tiempo dinámico, complejo, y sobre todo habitado por seres humanos que viven, sueñan, y mueren sin ver cumplidas las mayorías de sus utopías individuales, lo cual merecería un análisis menos abstracto, por hermosas y altisonantes que suenen esas palabras. Por lo que yo apuntaría que ese debate permanente que los dos reclamamos debería sobre todo ocuparse de las cosas concretas que ocurren a nuestro alrededor. Y discutirlas aquí y ahora.
En este sentido, no basta apuntar, como si se tratara de una consigna más: “Sin embargo, la Revolución, los revolucionarios, vemos (debemos ver) el mundo, con los ojos de los oprimidos. El ángulo de los opresores, no cuenta”. Eso resulta insuficiente porque lejos de ofrecernos argumentos que nos permitan entender esa afirmación, es a todas luces una petición de principios en la cual el sujeto que expone la idea al mismo tiempo se autoproclama ente rector de esos escenarios, en nombre de no se sabe qué providencial autoridad revolucionaria. O dicho de otro modo, que el término “revolucionario” (que es sin dudas uno de los más problemáticos que han manejado los humanos desde la Revolución Francesa hasta acá) queda secuestrado por una terminología heredada, a la cual no se le somete a crítica en ningún momento, pese a que los escenarios actuales son distintos y yo diría que hasta inéditos.
Hay otro instante del texto que daría pie a un debate largo, y es ese donde afirma: “Se ha entronizado la peregrina idea de que todas las conductas del pasado (erróneas o no) fueron asumidas o ejecutadas desde el miedo o desde el fanatismo”. Y añade más adelante: “Cuando se descubre que alguien mantenía en su conducta una doble moral, comprendemos que nunca fue revolucionario: la visión del miedo que nos atribuyen como rector de nuestros actos, es la visión y la justificación que tiene de sí la contrarrevolución. Por lo general, los que hablan de doble moral se describen a sí mismos. Los revolucionarios no actuamos ni por odio, ni por miedo. Creemos en lo que defendemos”.
Esto me devuelve a las ideas que alguna vez expuse en un ensayo que titulé El miedo a soñar. Algunas reflexiones sobre el futuro del cine cubano, y que, casualmente, Enrique Ubieta tuvo la gentileza de incluir en un libro colectivo que editara. Yo pienso que las maniqueas afirmaciones que aquí hace el ensayista en torno a la función que ha tenido el miedo entre nosotros, lejos de esclarecer lo que ha sucedido, lo que infunde es más miedo a la hora de hablar con claridad de estos asuntos pasados, por doloroso que sea su reconocimiento.
Como buen estudioso de la filosofía política que es, Ubieta ha de saber que el miedo sería algo más complejo que esas actitudes donde los seres humanos muestran una supuesta debilidad en el momento de enfrentarse a determinadas circunstancias. El miedo, como han estudiado un montón de sabios, está en la raíz misma de la existencia humana. Que determinadas personas tilden de cobardes y débiles a otras en virtud de la no correspondencia de los valores que se defienden en la vida, lo único que pone en evidencia son los antagonismos sociales, porque en verdad todas las personas han experimentado el miedo, el temor, o la angustia en algún momento de su vida.
Luego, tomando en cuenta esas realidades últimas, es que los seres humanos deberíamos luchar por construir sociedades donde las relaciones de poder no exploten ese miedo natural en función de los fines políticos de un grupo, sino que fomenten la solidaridad y la confianza de los individuos en sí mismos, entre ellos, y en las instituciones que sean capaces de crear entre todos. En este punto, la pregunta sería: ¿estaríamos en condiciones los cubanos de crear un socialismo de ese corte? ¿un socialismo donde nunca más se oiga aquel profético “Tengo miedo” con el que se dice que Virgilio Piñera abrió en 1961 aquellos encuentros de Fidel con los intelectuales?. Para ello quizás sea conveniente no perder de vista aquel señalamiento de Foucault: “El socialismo, los socialismos, no tienen necesidad de otra carta de las libertades o de una nueva declaración de los derechos, fácil, pero inútil. Si quieren merecer ser queridos y no decepcionar más, si quieren ser deseados, tienen que responder a la cuestión del poder y su ejercicio. Tienen que inventar un ejercicio del poder que no dé miedo”.
Finalmente, celebro el optimismo de Ubieta cuando comparte el entusiasmo que despertó en él el Congreso de los Jóvenes Escritores y Artistas Cubanos. Yo, que he visto a tanto joven morir de viejo a los veinte años, pienso que ese cambio de mentalidad que tanto ansiamos, un cambio que permita que el arte, entre otras expresiones de nuestra cultura, reverencie a la vida y a sus habitantes humanizando las descripciones que haga, tendrá que llegar (y está llegando) por caminos más bien insospechados.
Y ojalá se produzcan sorpresas reales, aunque ahora mismo no percibo nada en el horizonte. Quizás los cubanos den ese salto a lo inédito el día que tengamos en la presidencia del país, por ejemplo, a una mujer, que además sea negra, y además, lesbiana, y a nadie le parezca excéntrico. Porque, ¿quién dice que esa no sería otra manera de hacer revolución en nombre de los oprimidos?
Juan Antonio García Borrero

Tomado de: http://cinecubanolapupilainsomne.wordpress.com/2014/06/05/a-proposito-de-los-silencios-y-la-critica-en-cuba/#more-3220

viernes, 6 de junio de 2014

La universidad cubana también se transforma

En estos momentos nuestro país se encuentra inmerso en un irreversible proceso de actualización que toca todos los sectores de la sociedad. La educación superior no escapa a este rediseño integral, de ahí que hay varios cambios en los que se viene trabajando hace tiempo. Las transformaciones más inmediatas e importantes, que marcaran un antes y un después, son la integración de universidades y la reducción del tiempo de las carreras universitarias a cuatro años.