viernes, 27 de junio de 2014

Firmar o no firmar

Por: Lilibeth Alfonso Martínez
En realidad, yo no viví la encrucijada. Sencillamente, vi la petición de Internet a precios más módicos en Cuba y firmé, digitalmente, claro. No creo que deba excusarme o esconderme. Puedo haber pecado de inocente, pero si algo es justo es justo y ya, más allá de cualquier trasfondo. Algunos colegas me criticaron, otros dijeron que ni loco y siempre hubo alguien que me recordó, como en secreto, que yo escribía desde Guantánamo, Cuba, gracias a una conexión a Internet que le debo a mi profesión, y a mi trabajo.
En aquel momento, no miré el .org, ni pensé que aquello podría prestarse a las siempre madrugadoras “patrañas del imperialismo”. En algún momento, pensé que quizás no era el mundo virtual el más idóneo para echar esa batalla, en principio porque la población desconectada, que es la mayoría en Cuba, no podría firmarla, pero entonces recordé que muchos asuntos que atañen a los 11 millones se han debatido, tratado y retratado en la red de redes y en alguna ocasión hemos contribuido los escribientes on line a cambiar las cosas en el mundo físico de los cubanos, de modo que me pareció lo más natural.

Por qué la guerra de los emails, y no internet para todos, por qué la defensa o los cocotazos a Robertico Carcasses por su errática improvisación en un concierto de los Cinco y no la posibilidad de una conexión con precios de pie en tierra?
Después de firmar he leído varias reacciones en la blogosfera, algunos amigos, incluso, han  compartido sus visiones conmigo en mensajes privados -que no pienso divulgar. Algunos, firmaron. Otros, miran con suspicacia una petición que ya se ha prestado para los que no necesitan pretextos para hablar cualquier cosa de la Revolución.
En todo, y por encima de cualquier consideración específica hecha desde el pensamiento reposado, veo una Cuba diversa y políglota que se entrega al debate sin miedos ni rasguños. Y eso es bueno, y me sabe a estrenos todavía.
En lo personal, volvería a firmarlo, incluso reposada, pero reconozco que este no es el escenario natural de semejante petición en parte, porque algunos amigos me hicieron pensar en que realmente antes de lanzarte a lo virtual, es posible y podría llegar a ser más eficiente trasladar la iniciativa a las estructuras establecidas en Cuba para que la gente se exprese, que las hay.
Aunque sinceramente no me imagino, ni a mí ni a los que firmamos la peticíon virtual, recogiendo firmas para ETECSA, para el Parlamento Cubano -que debe estar bien ocupado en estos días con carta cerrada de Paquito el de Cuba por las modificaciones en el Código de Trabajo luego de que este fuera aprobado a mano levantada en la sesión plenaria-, o pidiendo una audiencia con el delegado del barrio para que eleve nuestras preocupaciones por las cañerías de la democracia…, sobre todo por los malos precendentes que tienen  las firmas en este país.
Pero, en todo caso, una iniciativa no excluye a la otra, a pesar de que quien sea que pide y cualquiera que firme, debe tener claro que los problemas de la internet en Cuba tienen mucho de infraestructura y su buen golpe de bloqueo, porque no importa qué haya dispuesto Obama, los cables submarinos que nos bordean siguen si aterrizar en la tierra de la Siguaraya. De modo que no importa el número de los firmantes, pasarán algunos años y tendrá que caer mucha moneda dura en las arcas de ETECSA antes de los sistemas de telecomunicaciones de nuestro país aguanten un tráfico masivo en la red de redes.
Pero que la Internet sea más barata, aunque sea solo un poco? Sí, gracias.

Tomado de: http://eskinalilith.wordpress.com/2014/06/26/firmar-o-no-firmar/

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