Por: José Jasán Nieves Cárdenas
La voluntad del gobierno cubano de proveer acceso “social” a internet
vuelve al examen público tras quedar establecidos los costos de navegar
por teléfonos móviles.
La noticia de que ya podrán consultarse las cuentas de correo @nauta.cu en los dispositivos móviles constituye la materialización de una norma legal del Ministerio de Comunicaciones que establecía el cobro de hasta un CUC por megabyte transferido en los servicios de datos para celulares.
A pesar de que la norma permitía “hasta 1 CUC”, los empresarios de la
única operadora telefónica del país, ETECSA, aprovecharon todo el rango
y establecieron como costo de revisar el buzón el máximo posible.
Algunos entendidos consideran que la tarifa no es tan cara si solo se
emplea el servicio para enviar mensajes de texto, aunque si se incluyen
archivos adjuntos la perspectiva es otra, pues las fotos “pesan” mucho
más que las palabras.
“Es carísimo”, observa Ixser, un ingeniero informático que accedió a
realizar un experimento para intentar imaginarnos los montos que podría
alcanzar la facilidad cuando las autoridades permitan navegar en
Internet con los celulares.
“Un megabyte (Mb) representa 1024 kilobytes (kb), y al abrir la
portada de la web noticiosa Cubadebate ya estaríamos consumiendo 684 kb,
es decir, más de la mitad de un CUC, y eso que no hemos realizado
ninguna otra acción”, demuestra.
Otra manera de imaginarse el impacto de la medida puede llegar al
conocer los consumos de internet de los estudiantes universitarios,
quienes reciben “cuotas” de navegación diferentes según cada centro y el
año que cursen.
“Recibo 80 Mb de cuota al mes. Alcanzar, lo que se dice alcanzar, no
alcanza”, comenta Abel La O, alumno en la Universidad de Cienfuegos
quien reduce sus usos básicamente a revisar páginas noticiosas de
deportes cada mañana, descargar artículos de webs académicas y navegar
“un poco” en Facebook.
“Muy raras veces me dura hasta el fin del mes”, se lamenta.
Multiplicar los 80 Mb de Abel por el CUC de costo fijaría en 80 CUC
(casi 100 dólares) un supuesto consumo mensual, cifra inaccesible para
la inmensa mayoría de los cubanos.
Por estos días ha trascendido también una supuesta filtración de las tarifas para proveer conexión a internet en los hogares, servicio que comenzaría en septiembre.
Según el reporte el paquete de 20 horas de internet costará diez
pesos convertibles mensuales; 50 horas, 15 cuc; 100 horas, 30 cuc; 180
horas, 50 cuc; y 220 horas, 60 cuc. Habrá un paquete de 90 horas, entre
las 8 pm y 7 am, que se ofertará a 20 cuc. La hora adicional se venderá a
0.30 centavos de pesos convertibles.
Si notamos que el salario medio mensual en Cuba en 2012
(no existen cifras aún de 2013) fue de 466 pesos (casi 20 CUC) se puede
apreciar la total incongruencia entre el costo del servicio y los
ingresos mayoritarios en el país.
Acceso ¿”social”?
Cada vez son más las voces que alertan sobre el carácter economicista
que está tomando en Cuba el acceso a un recurso esencial para el
desarrollo.
“El Estado cubano argumenta que ante las carencias materiales ha
debido recurrir a una política de uso “social” de internet para poner
sus recursos en los sectores esenciales para el desarrollo del país. Esa
tesis resulta más o menos lógica hasta el punto en que en los últimos
tiempos asistimos a un momento de mercantilización del acceso”, ha dicho
la investigadora y periodista cubana Milena Recio, profesora de
Periodismo en La Habana, en una entrevista con el sitio eltoque.com
“Yo quiero pensar que estos precios son circunstanciales y que son
antagónicos con lo que me imagino que es la política oficial cubana
sobre Internet. Y digo me imagino porque esa política no ha sido
discutida públicamente ni establecida en documentos suficientemente
conocidos por la población”, expone Recio.
Quienes muestran dudas sobre la voluntad oficial de disminuir precios
para incrementar el acceso encuentran soporte en la propia experiencia
con el servicio Nauta, el cual fue presentado en mayo de 2013 con la
promesa de ir rebajando las tarifas según se fuera comportando el
servicio, aunque a casi un año de su aparición nada ha cambiado.
La aseveración del viceministro de Comunicaciones en la apertura de Nauta de que “no será el mercado quien regule el acceso al conocimiento”
se ha puesto “vieja” y es puesta en entredicho por los hechos, pues
cada nueva apertura en el grifo de la Internet trae su propio colador.
La capacidad económica elevada como condición para “beber” se ha
convertido en la verdadera clave del acceso.
En lo que se suman decepciones y pocas esperanzas de contar con
Internet, continúan surgiendo criterios como los del investigador Juan
Triana Cordoví, del Centro de Estudios de la Economía Cubana, quien no
pierde ocasión para insistir en la necesidad de proveer acceso barato a
la red de redes..
“Internet es hoy lo que fue el tren para el desarrollo en el siglo
XIX. Por ahí viaja hoy el 95% de la información mundial y ahorra costos
brutales. Si un científico cubano demora seis horas en bajar un libro
mientras al de otro país le toma el mismo texto diez minutos de
descargas, lo que ha pasado es que el país perdió competitividad”,
explica.
“Si alguien no lo ha entendido habrá que cambiarle la mente o cortarle la cabeza”, sentencia medio en broma y medio en serio.
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