Dicen por ahí que ya estamos en el
conteo regresivo hacia el Día Cero, la fecha en que desaparecerá de la
circulación el CUC tras años de dualidad monetaria.
A mí, en realidad me importa poco. Yo
soy de aquellos que nunca ha recibido ni una remesa ni un estímulo en
CUC y que ha tenido que aprender a sobrevivir al día y por adelantado;
teniendo, cada vez que termina un mes, más deudas que América Latina.
Para mí la eliminación de la doble
moneda es transparente, pues no alterará mi monotonía en lo más mínimo,
como antes no la alteraron la posibilidad de hospedarme en un hotel,
comprarme u carro o viajar sin tener necesidad de pedir permiso a las
once mil vírgenes; pues mi mismo, quiera o no, sigue sin poder entrar a
los hoteles, cogiendo guaguas y sin moverse de aquí. A veces pienso que
los derechos de nada les sirven a los que no pueden ejercitarlos.
La doble moneda se irá, y con ella tal
vez se darán el piro algunas incomodidades como las colas de CADECA para
comprar una u otra, en dependencia de si se necesita una libra de
boniato o un desodorante; o la inexplicable firma del contravalor de la
divisa en la nómina para erogar el pago del estipendio alimenticio, que
la administración te carga en vez de asumirlo; como si el trabajador no
tuviera suficiente con pagar sindicato, MTT y diversos etc. Pero
yo seguiré ganando lo mismo, o quizás hasta menos si a alguien se le
ocurre en el ínterin del cambio revaluar el CUP para no tener que cargar
los futuros presupuestos con estipendios alimenticios, estímulos y
primas que en la actualidad reciben algunos trabajadores; entonces, como
siempre perdemos los de abajo, ya la equivalencia de los CUC que
recibimos en la actualidad por estos conceptos no sería sobre la base de
25, sino sobre alguna tasa cambiaria que alguien establecería a la
baja.
Y sería hasta mejor, porque nos
ahorraría a muchos el impacto psicológico de tener que interactuar con
algunas verdades muy duras que hasta el día de hoy permanecen camufladas
en la existencia de la doble moneda, como el hecho de que una buena
parte de los trabajadores laboramos por poco menos que un plato de mala
comida, pues no tiene otra lectura que un trabajador reciba como
estipendio alimenticio (por una comida) 14 CUC, que serían unos 350
pesos al cambio actual; mientras que se le paga por concepto de salario
una cifra semejante para poder satisfacer el resto de sus necesidades y
las de su familia.
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