Nuestro añejo diario orientado a los jóvenes cubanos anuncia hoy que ya comenzó la venta de las famosas “cajitas” decodificadoras para la televisión digital. El precio de una caja es de 38.30 CUC, o 957.50 pesos cubanos, si usted la adquiere en una de esas tiendas que ahora aceptan las dos monedas. Sí, casi 1000.00 pesos cubanos cuesta adquirir el artefacto que permitirá disfrutar de los mismos cinco canales de siempre, más otros tres adicionales, Cubavisión Internacional, el Canal Habana, y una especie de MTV cubano.
Las primeras cajitas se vendieron al simbólico precio de 7.35 pesos, “a cuadros de dirección, especialistas y técnicos de los organismos implicados” para que estos los probaran. De las 2 435 cajas entregadas, 539 se reportaron con problemas en la temprana fecha de 18 de diciembre del 2013, lo que significa un 22.14 porciento del total, un número bastante alto. Aun con estos truenos ahora el costo del equipito salta de lo simbólico a lo exorbitante, de 7.35 a 957.50.
En Cuba, donde el salario medio es de 466.00 pesos cubanos, una persona con una nómina de este calibre tendría que ahorrar su paga integra de dos meses para adquirir una cajita. Solo para hacer un poco de cuentas, comprar el decodificar representaría dejar de comerse 870 huevos de 1.10 pesos, o 33 libras de jamón a 29.00 pesos, 191 viajes en transportes de 5.00 pesos, y la lista podría continuar. En fin, el mensaje es claro, el precio del equipo es muy alto en relación los salarios a los que actualmente puede acceder cualquier persona en Cuba, incluso un profesional.
Algunos me dirán que el problema es que estos aparaticos son importados, que se ha hecho una gran inversión y que ahora debemos recuperar el dinero, u otros argumentos con los que justificar el abusivo precio. Yo en cambio, estoy seguro que a estos equipos no podrán acceder muchos trabajadores que viven de su salario, ni los viejos jubilados, ni las personas que sobreviven gracias a la seguridad social. En cambio, conozco varios tipos que no trabajan y ya adquirieron las cajitas, revendedores de todo lo que les cae en la mano, importadores furtivos, negociantes sin patente.
Creo que debe repensarse el precio de las cajas decodificadoras, pero sé que nadie le importa lo que yo creo. También me pareció excesivo el cierre de los cines 3D, los precios de los carros, las medidas de la aduana, y de todas formas esas medidas siguen ahí. Yo por mi parte me resigno- ¿o intercambio la g y la n?- y espero a que las cajitas bajen de precio, o mi salario mejore en nómina. Yo seguiré preguntándome para quién es la televisión digital, porque estoy claro que para mí no es.
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