Comparto esta entrevista pues el conozco personalmente al entrevistado, y puedo dar fe de su profesionalidad. Leo con orgullo como hace alusión al grupo de animación de la Universidad "AnimCDE", del que también formé parte en mis tiempos de estudiante.
Por: Maylin Guerrero
A Jerzy Pérez González lo conocí hace cinco años. Nos descubrimos siendo usuarios de una de las redes sociales en las que me inscribí, cuando aún estaba deslumbrada por una Internet mucho más accesible que en mis tiempos de estudiante de periodismo. No recuerdo si fue en Facebook, o en Badoo, lo cierto es que mientras la carga de trabajo nos lo permitió, Jerzy y yo conversamos durante mucho tiempo vía online. Este muchacho de Villa Clara se encontraba en la capital del país participando de uno de los proyectos más ambiciosos de los Estudios de Animación cubanos: Meñique, el primer largometraje hecho en la Isla con la técnica de animación 3D.
A pocos días del estreno de la película, el próximo 20 de julio en el habanero cine Charles Chaplin, no dudo en pedirle a Jerzy una entrevista para que cuente a Cuba Contemporánea sus experiencias como director de animación del filme. Jerzy acepta y el lugar del encuentro queda pactado: Estudios de Animación del ICAIC. Allí, en uno de los pisos del céntrico edificio capitalino, con magnífica vista al paradigmático Cementerio de Colón, tiene lugar aquel encuentro físico que siempre quedó postergado, y en el que hablamos por más de una hora.
Entre otras tantas cosas, el director de animación de Meñique me dice que la película tiene como 'esqueleto' la versión libre del cuento "Pulgarcito", de Edouard Laboulaye, adaptado por José Martí para la revista La Edad de Oro. ¿Esqueleto? Jerzy sonríe y explica. “El cuento de "Meñique" te lo puedo hacer en diez minutos. Para llegar a hacer una película de 80 minutos había que enriquecerlo. Por eso el director, Ernesto Padrón, creó en el guión una línea de historias que giraban en torno a lo que tenía que hacer Meñique para lograr sus objetivos. De esta forma, aparecen nuevos personaje que ayudan a desarrollar la historia menos lineal, porque si no resultaría muy fácil contarla. Por eso te digo que la obra vino a ser una especie de esqueleto al que le agregamos músculos y extremidades, para crear un producto más interesante”.
Cierto. Resulta más interesante, y no solo por lo atractivo que resulta un animado hecho en 3D, sino también por los nuevos personajes que aparecen en la película, que conviven con los tradicionales Meñique, el Gigante y la Princesa. En algunas escenas del tráiler del filme, donde aparece en todo su esplendor el imaginario reino de Guanacabo, pude ver a la bruja Barusa, pude ver dragones, hadas, objetos y lugares encantados, pude ver hasta un Quijote desandando por los caminos de esta especie de Caribe medieval.
Pero si hay algo que distingue a Meñique es la cubanía, señala Jerzy, que está presente desde el diseño de los personajes, la forma en que se expresan y se mueven, fieles a nuestra idisiosincracia y la manera de enfrentarnos a lo cotidiano, hasta los paisajes, que muestran palmas, güijes y frutas cubanas, y una arquitectura que a veces recrea artísticamente a La Habana Vieja. Por eso verán que aparece una Bodeguita del Medioevo, en vez de una Bodeguita del Medio.
Cuando los Estudios de Animación le proponen participar en este proyecto, tras su regreso en julio de 2008 de la primera vez que fue a trabajar a China, ya Jerzy tenía un camino recorrido en el mundo de la animación 3D. En sus años como técnico de laboratorio en la Universidad de Santa Clara había formado parte del grupo Anime CDE, que se dedicaba a crear animados con esta técnica. Fueron tiempos de mucho estudio autodidacta y de presentar cortos en algunos festivales.
“Cuando llegué a la película ya estaba casi todo listo para empezar la animación: el guión, el storyborad, la grabación de las voces, el modelado de los personajes en tres dimensiones… pero por la poca experiencia que había en el empleo de la técnica para animar en 3D, junto a otro director de animación tuve que impartir un curso de capacitación a los animadores que participarían en la realización del filme. No es que yo fuera el más experimentado, pero posiblemente era uno de los pocos que había estado en una producción real en animación 3D, en un estudio profesional en China, donde realicé trabajos para Disney, por ejemplo, y eso me aportó mucha experiencia”.
Me cuenta Jerzy que el proceso de animación de Meñique comenzó a mediados del 2009. Su trabajo consistía en guiar el quehacer de los animadores -que eran cerca de 30-, que fuera encaminándose la película según quería el director, las actuaciones de los personajes, cambiar las cosas si no marchaban bien. “Para eso tenía que realizar test de animación de los personajes: definir el estilo de cada uno, la manera de ir animando más rápido, probar los armazones y controladores de los personajes para ver si funcionaban bien, porque como están en 3D tienen armazones en cada articulación y controladores en cada expresión de la cara para poder mover la boca, las cejas, los ojos… Había que cuidar que las expresiones de la cara de Meñique cuando estaba bravo, por ejemplo, fueran similares en todas las escenas, o que siempre caminara de la misma forma. En ocasiones había que volver sobre lo que estaba hecho y corregir, porque eran muchos detalles y no todo sale bien de la primera vez, hasta que se llegaba a un consenso y eso era lo que tomábamos como referencia a la hora de animar”.
Como en toda película realizada con la técnica de animación 3D, luego de terminado este proceso le llegó el turno a los efectos especiales; la renderización, que es el proceso para generar la imagen final del filme; la corrección del color, la edición, la musicalización y los demás efectos de audio. En total, Meñique se tomó poco más de seis años para ser creado, porque la pre producción en 3D comenzó en 2008 y el producto final estuvo listo a inicios de 2014. Le pregunto a Jerzy si no fue demasiado el tiempo que duró la realización del filme, pues he conversado con algunas personas que así lo consideran.
Es un tiempo relativamente normal en las producciones en 3D a nivel internacional, me explica el director de animación. "Por ejemplo, Wall-e se llevó como seis años, Buscando a Nemo cerca de cuatro…y te hablo de estudios que tienen un gran staff de animadores y artistas, y presupuestos millonarios. Estamos bien. Incluso con el interés de no demorar la producción de Meñique, se iba animando las escenas a medida que iban quedando listas para animar, sin importar el orden con que aparecerían en la película".
Además, Meñique fue hecha con mucho sacrificio y esfuerzo, porque las condiciones en que trabajábamos a veces no eran las mejores y surgieron algunos obstáculos en el camino que debieron superarse. No obstante, esto me hizo comprometerme más con la película. En ella se quedó trabajando mucha gente porque realmente quería terminarla”.
Ahora le suelto la pregunta clásica, la que se guarda casi siempre el periodista para cuando está llegando el final del diálogo: ¿Qué te dejó el haber formado parte del equipo realizador de Meñique?
Gané más conocimientos y experiencias respecto a la técnica de animación 3D, y al mismo tiempo me divertí mucho haciendo la película. Éramos un equipo no solo de trabajo, porque ahora somos amigos, y aunque estamos inmersos en proyectos diferentes, seguimos compartiendo y viéndonos de vez en vez. Además, tendré la satisfacción de que podrá ser disfrutada por el público cubano, en especial por los niños, y que también podrá ser vista en otros países, porque algunos como España, Alemania y Canadá están interesados en comprar los derechos de exhibición del filme. Y eso al final es un reconocimiento a nuestro trabajo.
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