Por Renata Cabrales en ¨El Tiempo¨
De Pinar del Río a
Guantánamo, de La Habana a la Isla de la Juventud. La alegría de los
cubanos no cabe en los cerca de 111.000 kilómetros cuadrados que cubren
la Isla y sus cayos. Llega hasta las costas de La Florida y atraviesa
todo el continente americano, e inunda las frías ciudades europeas donde
residen cubanos desde hace más de 50 años. Hay muchas ‘cubas’
palpitando en el planeta.
En el momento del anuncio
del presidente norteamericano Barack Obama el volumen de los viejos
televisores no daba más. Al máximo. Fue un momento cumbre, esperado, y
ansiado hasta las lágrimas. Los abrazos y los besos ruidosos, propios de
los cubanos, se sintieron más fuerte. Es que cuando saludan esos
apretones de boca contra las mejillas suenan unas cinco veces.
“En las calles de La Habana se vive una verdadera fiesta. Hasta los taxistas dejaron de cobrar las carreras”, relata la periodista Rachel Rojas. Es el pedido que se escucha a gritos en las calles, según cuenta emocionada la profesora Milena Recio: ¡Que se declare el 17 de diciembre como día de fiesta nacional!
La sensación fue de euforia colectiva, “como
cuando Cuba gana un torneo de béisbol”. Triunfaron. Así lo cree el
bloguero Norges Rodríguez, autor de la bitácora originaria de Santiago
de Cuba, Salir a la Manigua. “Fue un anuncio realmente emocionante. Uno piensa cómo tantos años de hostilidad se acabaron en un abrir y cerrar de ojos”.
Tras la noticia, padres, tíos, ahijados,
hermanos, primos, generaciones enteras sin verse o conocerse realmente,
gritaron los nombres de sus amigos y seres queridos. Ahora sueñan con
volver a ver y a abrazar a los Carlos, a los Armandos, a las Milenas, a
las Niurkas.
Se abrió la gran alameda que nunca debió cerrarse. Así lo asegura, por su parte, Juan Carlos Roque,
periodista y profesor cubano, que vive hace 19 años en Holanda. “Yo que
nací casi con la Revolución y me hice periodista dentro de su manto,
celebro desde la distancia el restablecimiento de las relaciones entre
mi país y Estados Unidos”.
Roque recibió el anuncio escuchando a Raúl
Castro en Radio Rebelde, emisora donde laboró 7 años antes de trabajar
en la desaparecida Radio Nederland, y siguiendo a la vez a Obama en CNN.
“Si bien la comparecencia del presidente cubano fue concisa, la del
mandatario estadounidense fue sustanciosa”. Sus expectativas son
alentadoras, pero prudentes. Es consciente de que la política entre
ambas naciones ha sido escenificada en terrenos movedizos.
“Ojalá no se interpongan razones de peso mayor
en ninguna de las dos orillas. Cero provocaciones es mí pedido a San
Lázaro o Babalú Ayé. Le doy gracias por el regalo que nos trajo hoy el
día en que todos los cubanos le veneran”. Los santos también están de
fiesta.
Cubanos celebran con una bandera nacional en Camagüey, a 600 km al este de La Habana. AFP.
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Y es que los cubanos, como dice el periodista cienfueguero José Jasán Nieves,
estaban tan concentrados en el atrincheramiento que nunca le dedicaron
mucho tiempo ni pensamiento a imaginar cómo sería un día como hoy. A
todos los superó la emoción.
Para Fernando Ravsberg, uruguayo, pero más
cubano que el tabaco, autor del blog Cartas desde Cuba, que en meses
pasados sufriera un ataque cibernético, considera que todavía es pronto
para conocer cuál es la dimensión real del acercamiento.
El embargo, por ejemplo, que pesa sobre Cuba
desde hace más de 50 años, solo puede ser revocado por el congreso
estadounidense. Aun así, recuerda que el presidente Raúl Castro aseguró
que Obama tiene facultades para flexibilizarlo en temas que pueden ser
vitales para La Habana, como el fin de la prohibición de viajes de
estadounidenses a Cuba. “Una medida como esa haría crecer el turismo,
por lo menos, en un millón más de visitantes al año”, publicó en su blog.
Ravsberg también hizo mención a la posibilidad
que abrió Obama de sacar a Cuba de la lista de naciones que patrocinan
el terrorismo, “con lo cual terminaría la persecución financiera a que
la tienen sometida, multando a bancos de países terceros que trabajen
con La Habana. Con estas dos medidas el embargo pierde sus garras”.
Delicia Leyva, periodista de Ciego de Ávila,
todavía está temblando. Cuando un amigo le contó que Raúl Castro iba a
hablar a las 12, creyó que había pasado algo con Fidel Castro, líder de
la revolución cubana. “Nosotros siempre pensamos lo peor”. El impacto de
la liberación de Alan Gross fue mayor, y en instantes trajo a su mente a
los cinco emblemáticos cubanos que habían sido condenados a prisión por
espionaje.
Lo que vino después fue “felicidad que no cabe
en una palabra ni en miles”. ¡Volvieron!, como seguro regresarán con
mayor facilidad los miles de exiliados cubanos. Cuántos murieron
esperando volver. Cuántos dejaron sus amores vivos. Cuántos volvieron y
los encontraron enterrados.
A Sergio Acosta, periodista cubano-holandés y presidente de la fundación Aca Media Latam,
que desde hace cuatro años organiza en Cuba capacitaciones sobre
videoperiodismo y redes sociales, la noticia no lo sorprendió tanto.
Hace menos de un mes estuvo una semana en La Habana, donde escuchó de
forma confidencial que se venía algo grande para la Isla antes de
Navidad. Ahora que es un hecho se siente feliz por muchas razones.
Soñó muchas veces con “la necesidad de ese
deshielo. Yo lo rompí cuando entendí la importancia de abrir un camino
en la formación de mis compatriotas. Hoy los mandatarios han tomado el
mismo sendero. Estoy profundamente emocionado”.
El camino aún es largo, considera Acosta, un
trecho en el que la reconciliación de los cubanos es fundamental. “Unos
han sufrido como una derrota lo que otros consideran una victoria.
Confío en la inteligencia y talento, como dijo Alan Gross, de todo el
pueblo cubano para seguir construyendo y enterrar el pasado”.
Marta María Ramírez,
feminista y activista cubana, reitera que es la primera vez que un
presidente estadounidense reconoce claramente “el fallo de una política
absurda que se ha sostenido por décadas y que ha provocado el
sufrimiento de un pueblo, no solo en términos económicos sino
espirituales, familiares y amistosos. Espero que ambos gobiernos puedan
ponerse de acuerdo para cumplir con sus mandatos de velar por sus
pueblos, por su gente”.
Un poco más alejada de la emoción y conmoción
que despertó en muchos cubanos el anuncio, Ramírez señala que la prensa
cubana oficial solo destaca el regreso de los tres cubanos que faltaban
por ser liberados y que conformaban el grupo de Los 5. “Nada se habla
del canje de Alan Gross ni del discurso íntegro de Obama, desconocido
por mucha gente en la Isla por ahora”.
Carlos Alberto Pérez, autor del blog Chiringa de Cuba,
todavía no se lo cree. “No sé cómo se vive en un país normal, sin
tantas restricciones y donde la dependencia de una potencia mundial como
Estados Unidos no influya en el día a día de cada cubano”. Pero hay que
mirar al futuro. Por ello está convencido de que en adelante lo primero
que debe cambiar es la mentalidad política de ambas partes. “De hecho,
cambió, y por eso hemos llegado a este punto”.
Saber despojarse de tanto lastre negativo y
comenzar a mirar positivamente, respetando las diferencias, es uno de
los puntos que Pérez considera fundamental para la normalización de las
relaciones venideras.
En eso coincide Luisa López, colombiana y profesora invitada hace cuatro años a La Habana. "Será clave el que les dejemos construir como un pueblo autónomo y digno, que entiende que no puede seguir dejando pasar su momento histórico. Hoy estoy feliz por ellos y por todos los latinoamericanos, porque hemos dado un paso más en la búsqueda de nuestra madurez política".
En eso coincide Luisa López, colombiana y profesora invitada hace cuatro años a La Habana. "Será clave el que les dejemos construir como un pueblo autónomo y digno, que entiende que no puede seguir dejando pasar su momento histórico. Hoy estoy feliz por ellos y por todos los latinoamericanos, porque hemos dado un paso más en la búsqueda de nuestra madurez política".
El pueblo cubano sabe que hoy pudo haber
empezado el principio del fin. Hay esperanza. Por eso salieron a las
calles a festejar el triunfo del sentido común y la resistencia. El
sueño se hizo realidad.
RENATA CABRALES
Editora de Redes Sociales
EL TIEMPO
Editora de Redes Sociales
EL TIEMPO
Tomado de: http://www.eltiempo.com/mundo/ee-uu-y-canada/como-recibieron-los-cubanos-la-noticia-sobre-relaciones-con-estados-unidos/14990042
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